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6 DE ABRIL DE 1956 691

ha sido inferior a la del ano pasado. Se informa asimismo que a consecuencia de las plagas que este ano han atacado a da aceituna aparece el aceite con hasta cinco grados de acidez en determinados casos.
Para disminuir dicha intensidad de acidez -nociva para los estómagos- es absolutamente preciso la mezela del aceite de oliva con el de semillas vegetales; este carente de grados de acidez.

Destacam igualmente los artículos de Radio Nacional que los aceites de semillas vegetales han venido empleándose de modo consuetudinario en la manipulación de las conservas de pescados, así como aparecen mezelados en las latas de aceites calificados como selectos.
Se explica la prohibición actual de vender aceite envasado -siempre aceite de oliva, con mezela del de semillas vegetales- para abortar la maniobra de un ficticio encarecimiento de este producto, provocado por Ia desorientación del público.

Otros diversos aspectos del problema quedan estudiados á través de las dos citadas informaciones radiofónicas, cuya última consecuencia es la de destacar la bondad de los aceites de semillas vegetales, su genuino valor alimenticio y la acertada medida gubernamental de autorizar las importaciones de óleos de semillas vegetales, con lo que quedan totalmente defraudados aquellos que suenan con la vuelta a los períodos de escazez del producto que nos ocupa.

ANEXO XXI

Espanha

(Transcrição do jornal Pueblo de 13 de Fevereiro 1956)

Sobre la culidad del aceite

Parece reinar entre el público cierta confusión en torno a la calidad del aceite y a sus posibles causas, confusión que, por lo que pudiera obedecer a iniputaciones erróneas o intencionadas, importa aclarar y reducir a sus verdaderos términos. Tal y como, por informas autorizados, nos consta, veremos de resumir aqui las circunstancias reales y presentes en que se desenvuelve el comercio y abastecimiento de tan principal artículo alimenticio.

Es de citar, en primer lugar, que la cosecha de aceite de oliva ha sido este ano tan sólo ligeramente menor que la del ano pasado en cantidad; su calidad, en cambio, deja bastante que desear comparativamente, debido a las plagas, en especial a la de la mosca del olivo, que hizo estragos durante la campana. El aceite obtenido acusa un grado de acidez sensiblemente elevado en conjunto (mientras en la pasada cosecha, el 60 por 100 no llegaba a un grado de acidez, este ano el 90 por 100 pasa del grado), que determina, naturalmente, un apreciable descenso de calidad en los aceites nacionales. El público se equivoca, pues, se atribuye a los aceites importados de semillas oleaginosas una calidad inferior en cuanto a sabor. olor, etc. Al contrario, el aceite sumamente refinado, con menos de dos décimas de grado de acidez y absolutamente desprovisto de matérias nocivas o desagradables. Si se mezelan estos aceites con el de oliva, éste resulta forzosnmente mejorado, pues se disminuye su acidez original.
Ahora bion, una cosa es mezelar aceito de oliva «decente» a los aceites importados y otra cosa es pretender enmascarar con éstos un aceite de oliva de mala calidad original; el resultado no puede ser bueno, como ste comprende, y de hecho será pésimo si el aceite de oliva es de calidad deplorable. Imputar las deficiencias de calidad a los aceites de importación es algo absolutamente erróneo; a lo sumo, el aceite de soja, por ejemplo, no puede compararse en sabor con el de oliva, pero siempre y unicamente que este sea real y buen aceite de oliva. En las condiciones actuales de la campana, nuestro aceite de oliva, por circunstancias que todos lamentamos, resulta muy acido y de sabor muy fuerte; en muchos casos es de temer, incluso, sea bastante más perjudicial y de peor sabor, ciertamente, que los aceites importados de semillas oleaginosas.
El aspecto más oscuro de este asunto de calidades y sabores nos lo dan vários hechos comprobados de desaprensión, en virtud de los cuales se han efectuado mezelas de aceite de importación (menos de dos décimas de grado de acidez) con aceite de oliva (más de cinco grados), agregando también -todo se aprovecha! - resíduos de campanas anteriores, aceites defectuosos, mal refinados etc. Convengamos en que una mezela así en el guiso familiar no es de las más indicadas para despertar el apetito, ni muchisimo menos para fomentar el buen humor y la comprensión de las victimas. Será notoria injusticia sin embargo, descargarlos sobre los aceites importados.
El público tiene a sua alcance la posibilidad de librarse de estas calamidades cambiando, pura y simplemente, de pruveedor. Nos consta que hay en el comercio aceite de mejor calidad que el que suelen ofrecer algunos con gran alarde de disculpas técnicas y de toda suerte. Un pequeno esfuerzo y no será difícil dar con él en cantidad y calidades razonables. Tanto más que no hay escaoez en principio, y, subsiguieutemente, las importaciones serán frecuentes y abundantes eu aceites refinados para asegurar el empalme con la próxima cosecha. Esto mismo, por otra parte, permitirá notables y perceptibles mojoras de una situación que, por los naturales desajuste inicíales de la campana, es sólo momentânea.

ANEXO XXII

Espanha

(Transcrição do jornal Ya de 14 de Fevereiro de 1956)

Pueblo publicó anoche un comentário sobre la calidad del aceite, eu el que dice:

Parece reinar entre el público cierta confusión en torno a la calidad dei aceite y a sus posibles causas, confusión que, por lo que pudiera obedecer a imputaciones erróneas o intencionadas, importa aclarar y reducir a sus verdaderos térmicos. Tal y como por informes autorizados nos consta, veremos de resumir aqui las circunstancias reales y presentes en que se desenvuelve el comercio y abastecimiento de tan principal artículo alimentírio.

Es de citar, en primer lugar, que la cosecha de aceite de oliva ha sido este año tan sólo ligeramente menor que la dei año pasado en cantidad; su calidad, en cambio, deja bastante que desear comparativamente, debido a las plagas, en especial a la do la mosca dei olivo, que hizo estragos durante la campana. El aceite obtenido acusa un grado de acidez sensiblemente elevado en conjunto (mientraa en la pasada cosecha, el 60 por 100 no llegaba à un grado de acidez, este ano el 90 por 100 pasa dei grado), que determina, naturalmente, un apreciable descenso de calidad en los aceites nacionales. El público se equivoca, pues, si atribuye a los aceites importados de semillas oleaginosas una calidade inferior en cuanto a sabor, olor, etc.