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47 | II Série A - Número: 027 | 10 de Setembro de 2011

Agradecimientos:

A mi querida Universidad Panamericana, por la formación académica y humana que regala. Votos por larga vida a mi Alma Mater.

A su Facultad de Derecho, con su estructura directiva y administrativa; a su Director y a mi Coordinadora. Recibí de ella siempre comprensión y apoyo.

Al Doctor Don Rafael Márquez Piñero, extraordinario jurista y maestro, por sus enseñanzas en la Universidad, por su conducción en los cursos de Derecho penal, en los trabajos de investigación jurídica, y especialmente en esta Tesis que presento. Mi sincera gratitud.

Al también Doctor Don Salvador Cárdenas Gutiérrez, por las lecciones de historia, teoría del Estado, ciencia política y humildad. A mis maestros y maestras en la Facultad, por la vocación de servicio.

A la Dirección de Actividades Deportivas y a su equipo de baloncesto, en donde encontré el privilegio de luchar en otros frentes por el nombre de la Universidad. Con especial cariño al Doctor Manuel Aceves Rubio, Director y Entrenador, y al Ingeniero Antonio Castro D'Francis. Además de una oportunidad de enamorarse con la UP, el apoyo humano permanente en la etapa de licenciatura. Gracias también a Lulú, por la incesante ayuda en estos años.

A mis compañeros de equipo de baloncesto, por todas las alegrías, tristezas, disgustos y convivencia que nos regalamos. Vínculos profundos con ellos, forjados a base de sudor, lágrimas y sangre. Muchas victorias y menos derrotas; dos campeonatos importantes y la satisfacción de haber dejado siempre el esfuerzo máximo.

A la querida Residencia Universitaria Panamericana, la RUP, por haber brindado un ambiente de amor para los de fuera. También a los Directores de entonces y a los de ahora.

A Rodrigo Martínez Acebes, gran Director y gran amigo. La paciencia y sus enseñanzas quedan en mi memoria. Celebro su vocación y su cercanía con Dios.

A mis grandes amigos que en ella vivieron, a las Tertulias, las Parripolladas y las reuniones en Palomar. En especial al Osho, PG, Juanito, Guaymas, Cruz, Tato y muchos más.

A mis compañeros de trabajo: Everardo, Jorge, Joaquín, Luis y Alejandro, por las afinidades y las diferencias.

A mi familia en Ciudad Obregón, en Guaymas y en Guadalajara, por la facilidad para dar amor. Mención aparte merecen mis Tías de Guadalajara, que desde antes de mi aventura universitaria y aun ahora, me siguen llenando de atenciones y cariño.