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II SÉRIE-D — NÚMERO 3

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No solamente la Asamblea ha lanzado la iniciativa de elaborar un convenio, sino también ha tomado parte

en las negociaciones, que fueron largas y complicadas.

Además, como está previsto en los procedimientos del Consejo de Europa, la Asamblea ha tenido un papel

importante en la adopción del Convenio, proporcionando una opinión sobre el texto, adoptada finalmente en la

sesión de enero 2011.

El Convenio de Estambul, el “gold estándar” para la lucha contra la violencia de género

En marzo de este año tuvo lugar la sesión de la Comisión sobre la condición de la mujer en Nueva York,

cuyo tema era la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas.

En aquella ocasión la señora Lakhsmi Puri, jefa interina de la ONU Mujeres, se refirió al Convenio de

Estambul como el "gold estándar" entre los instrumentos dirigidos a la eliminación de la violencia contra las

mujeres.

En efecto, la Convención es un instrumento único y el texto jurídico internacional más avanzado en este

campo. Los esfuerzos de promoción van más allá de las fronteras del Consejo de Europa, ya que está abierto

a Estados no miembros.

Permítanme destacar algunas características innovadoras de este instrumento.

El Convenio de Estambul:

— Reconoce la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y una forma de

discriminación – destacando la responsabilidad de los Estados para prevenir la violencia y proteger a las

víctimas;

— Es el primer tratado internacional que contiene una definición del género (categoría socialmente

construida del género que asigna tanto a las mujeres como a los hombres, papeles y comportamientos

distintos);

— Introduce delitos que no están incluidos en todos los marcos legislativos nacionales, tales como la

práctica de la mutilación genital femenina, el matrimonio forzoso, el maltrato psicológico, la violencia

económica, el acoso sexual, la violencia sexual, incluida la violación marital, el aborto forzado y la

esterilización forzada.

Además, una vez que la Convención entre en vigor, un fuerte mecanismo independiente se establecerá

para monitorear su implementación a nivel nacional.

El mecanismo de monitoreo tendrá elementos parlamentarios. Cada Parlamento nacional participará en la

vigilancia de las medidas adoptadas por los Estados partes para aplicar así la Convención.

De esta manera, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa será invitada regularmente a hacer un

balance sobre la Convención.

El Convenio busca asegurar que las necesidades y la seguridad de las víctimas sea una de sus principales

prioridades.

Es un instrumento de referencia que establece altos estándares en el campo del enjuiciamiento de los

responsables, la prevención, protección y asistencia a las víctimas, necesitando para todo ello políticas de

coordinación

El Convenio tiene como objetivo prevenir la violencia basándose en el cambio de actitudes y la lucha contra

los estereotipos. La protección de las víctimas es su objetivo principal.

Uniéndose al Convenio, los Estados se comprometen a establecer servicios de apoyo especializados que

proporcionen asistencia médica y psicológica, así como asesoría jurídica a las víctimas y a sus hijos.

También se han previsto sanciones con el fin de asegurar que la violencia contra las mujeres y la violencia

domestica son criminalizadas y debidamente castigadas.

Excusas como la religión, la cultura, el «honor» o la costumbre son motivos inaceptables para cualquier

acto de violencia.